Ajuste óptimo.
Prácticamente todos los procesos de fabricación requieren algún tipo de movimiento. En la maquinaria de producción, estos movimientos pueden consistir en transportes lineales, movimientos rotativos de graduación, avances rápidos, etc. Estos movimientos cambian de dirección o se detienen en algún punto.
Cualquier objeto en movimiento posee una energía cinética como resultado de su movimiento. Si el objeto cambia de dirección o se detiene, la disipación de esta energía puede provocar fuerzas de choque destructivas en los elementos estructurales u operativos de la máquina.
Cuanto más pesado es el objeto o más rápidamente se desplaza, mayor energía tiene. Si queremos aumentar la producción y alargar la vida útil de las máquinas, es necesario reducir progresivamente la energía cinética y eliminar así, las fuerzas destructivas de deceleración.
Los deceleradores lineales de ACE son la mejor solución. Utilizan una serie de orificios de calibrado repartidos a lo largo de la longitud de carrera, que proporcionan una deceleración lineal constante con la menor fuerza de reacción posible y en el menor tiempo de parada posible.
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